jueves, 28 de octubre de 2010

Marketing en bibliotecas: "aprovechándonos" de otros

A lo largo de la semana pasada tuvo lugar la XXXI Mostra de Valencia, esta vez bajo el epígrafe de Festival Internacional de Cine de Acción y Aventura. Este cambio de denominación (antes era un certamen sobre cine mediterráneo) intenta relanzar un evento que ha ido languideciendo y perdiendo progresivamente el interés del público.

Sin entrar a valorar lo acertado o no del cambio de rumbo sí que me llamó la atención que ni la biblioteca pública estatal ni la red de bibliotecas municipales se "aprovechasen" de éste y de la repercusión que sigue teniendo en los medios.
¿Que por qué deberían haberlo hecho? Sencillamente, por una serie de factores que "conectaban" al público de la Mostra de este año con los fondos de una biblioteca pública:
  • Uno de los ciclos (Generación Millenium) ha estado dedicado al nuevo cine negro nórdico, incluyendo adaptaciones de escritores como Sjöwall y Wahlöö, Torgny Lindgren, Asa Larsson o el conocido Henning Mankell, creador del inspector Wallander.
  • Como actividad paralela se ha desarrollado por primera vez Mostra Cómic, que ha incluido diferentes actividades relacionadas con este medio. Además, se ha programado un ciclo y una exposición en homenaje al 75 aniversario de DC, la editorial de cómics responsable de Superman, Batman o Watchmen.
  • La nueva denominación del festival ha adquirido resonancias literarias, evocadoras de clásicos del género como La isla del tesoro, las novelas de Rider Haggard...
 
Por estos motivos se podría haber coordinado alguna actividad conjunta con el festival (por ejemplo alguna de las que hicieron en la FNAC). Pero en todo caso, si descartamos la idea anterior por falta de presupuesto o infraestructuras, no hubiese costado mucho desarrollar pequeñas acciones de marketing con un presupuesto mínimo. Me refiero a cosas sencillas como:
  • Hacer selecciones de entre sus fondos: de novela negra nórdica (género habitual en casi todas las bibliotecas últimamente), de películas clásicas de acción y aventuras y -en su caso- los libros que las inspiraron o de cómics de la DC, situándolos de forma destacada (por ejemplo en mesas o expositores en lugares visibles),
  • Crear dossieres sobre las temáticas citadas, con información sobre sus antecedentes u orígenes, sus autores u obras más destacados, etc. incluyendo además otras obras similares de las cuales dispongamos y su correspondiente localización en la biblioteca. Distribuir algunas copias impresas por la biblioteca y colgarlas en PDF en el sitio de la biblioteca.
  • Publicitar todo lo anterior, por ejemplo enviando notas de prensa a diarios, guías de ocio, televisiones locales, etc. para que se hagan eco de estas acciones "complementarias" a la propia Mostra. Y, por supuesto, vía web: invitaciones a través de grupos de Facebook, comentarios en los canales del certamen -blog, Twitter, Youtube-, comentarios en las noticias sobre el tema de los diarios digitales...

Con esto se hubiese hecho llegar la biblioteca a un público que tal vez no sepa que ésta puede ofrecerle cosas que le gustarían y cuya existencia tal vez ni siquiera conozca. He usado este ejemplo, pero la reflexión es extrapolable a muchos otros eventos que se llevan a cabo en nuestras ciudades, a los que las bibliotecas podrían sacar mucho partido (y viceversa). Alguien podrá pensar que es "aprovecharse" de otros, pero yo creo que se trata más bien de una simbiosis (o una sinergia si se prefiere la palabra de moda) en la que el beneficiario último será el usuario.

lunes, 25 de octubre de 2010

Hola mundo... bibliotecario

En el momento en que escribo estas líneas existen, según BlogPulse, 149.300.852 blogs (84.474 de ellos creados en las últimas 24 horas), pero probablemente el número real sea aún mayor.
Por otra parte, a pesar de tan mareantes cifras, mantener un blog es algo más difícil de lo que parece. Muchos no sobreviven más allá de un par de entradas antes de entrar en un coma irreversible. Otros consiguen convertirse en blogs de referencia para muchos, y aún así acaban por desaparecer en unos pocos años o se quedan “en barbecho” ad æternum (en el ámbito de la Biblioteconomía y la Documentación podemos llorar la pérdida, entre otros, de Véase además, A propósito de, Amoxkalli o Bibliotecosas).
¿Las razones? Cansancio del blogmaster, falta de tiempo para actualizarlo con frecuencia, desilusión ante la falta de respuesta de los usuarios, etc.

Conclusión: crear un blog es la parte fácil, lo difícil es mantenerlo.

Ya tenemos hecho lo fácil. A ver qué podemos hacer con la siguiente parte...

Bienvenidos a Aprendiz Bibliotecario