martes, 22 de febrero de 2011

Reaparece la revista Métodos de información

El Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas de la Comunidad Valenciana (COBDCV) ha retomado la publicación de Métodos de información (también conocida como MEI), tanto en edición electrónica como impresa, poniéndola en acceso abierto y con una licencia Creative Commons.

Para los que no conozcáis MEI habría que decir que fue una de las revistas de referencia en España en el ámbito de la biblioteconomía y la documentación. Editada por la Asociación Valenciana de Especialistas en Información (AVEI) desde 1994 a 2002, tras la integración de esta asociación en el COBDCV ha pasado a ser éste el encargado de gestionar la cincuentena de números que quedaron publicados y, ahora, también de editarla en su nueva época.

En este primer número, titulado De la lectura privada a la agitación por la lectura: mujeres, cultura y bibliotecas (1920-1950) nos encontramos, como ya se desprende del título, con un tono fuertemente historicista. De los seis artículos incluidos, cuatro de ellos abordan distintos aspectos del tema propuesto, centrándose por un lado en figuras concretas como son Teresa Andrés Zamora y María Moliner y por otro en el papel que jugaron las bibliotecas en el contexto de la Sección Femenina falangista.

Imagen propiedad del COBDCV

Hay que agradecer el empeño del COBDCV por devolver a la vida a una revista que dejó una profunda huella en muchos profesionales y estudiantes (como fue mi caso). No obstante, a modo de crítica constructiva, y sin entrar en valoraciones de contenido (tengo que reconocer que el tema escogido tampoco me interesa especialmente), sí que me gustaría señalar dos defectos o puntos débiles de este número:
  • La maquetación de la edicion impresa es vulgar, tirando a mala. En cualquier otra revista no pasaría de ser una maquetación pasable, con fallos como el uso de márgenes excesivamente pequeños, y sin mayores atractivos. Pero estamos hablando de una revista que, como ya señalaba Merlo Vega, aunó siempre a sus contenidos un diseño gráfico exquisito, haciendo de algunas de sus ilustraciones y portadas auténticos objetos de colección (todavía recuerdo las ilustraciones en blanco y negro de Miquel Calatayud). Supongo que los limitados fondos del COBDCV harán inviable la contratación de ilustradores (o de un maquetador profesional), pero no deja de ser triste la comparación a nivel gráfico de este número con cualquiera de la anterior época.
  • Erratas y fallos ortográficos. Por lo que llevo leído de la revista no parece haberse realizado una corrección a fondo, pudiéndose ver desde malos usos de los signos de puntuación a errores ortográficos (falta de tildes, por ejemplo) e incluso en algún caso desaparición de líneas de texto completas en el salto de página, quedando de esta forma frases sin sentido. Esperemos que todo sea fruto del proceso de ajuste que todo nuevo proyecto conlleva, y que la calidad en este aspecto mejore en próximas entregas.

En todo caso, sólo queda desear a Métodos de información una larga vida y que sea tan fructífera como en su primera etapa.

domingo, 13 de febrero de 2011

Cómo elegir un escáner (II): características técnicas

Como continuación de nuestra entrada anterior sobre cómo elegir un escáner para nuestra biblioteca hablaremos ahora de las características técnicas básicas que deberemos tener en cuenta al elegir el modelo:

  • CCD y DAC: son los dispositivos encargados de convertir la luz que envía la lámpara del escáner (y que se refleja en la imagen original) en impulsos eléctricos que crean los bits de la imagen digitalizada. De la calidad de estos dispositivos dependerá en gran medida el obtener un buen escaneado. Lamentablemente, es difícil saber a priori su grado de calidad, pero nos podemos guiar por el prestigio de la marca en este ámbito (por ejemplo Kodak).
  • Resolución: la resolución es la que nos permite obtener una imagen con mayor o menor detalle (podemos ver una explicación de la resolución en el sitio Desarrollo Web).
    Si una imagen está digitalizada a una resolución demasiado baja se verá pixelada en un medio impreso. Del mismo modo, si queremos utilizar una imagen muy pequeña en la realidad a tamaños mayores tendremos que escanearla a una resolución más elevada. Se mide en puntos por pulgada y se suele indicar con la abreviatura dpi (dots per inch) o ppi.
    Ahora bien, hay que distinguir entre resolución óptica y resolución interpolada. La primera es la que consigue generar el CCD, mediante la pura digitalización, mientras que la interpolada se genera de forma artificial, interpretando los valores de los píxeles para crear otros nuevos (digamos que se "inventa" más píxeles).
    Por tanto, la que realmente nos interesará que sea alta es la óptica. En la actualidad los escáneres de gama media ya tienen resoluciones bastante altas, de 1200 dpi por 2400 dpi como mínimo. Esto significa que pueden obtener 1200 dpi en horizontal por 2400 en vertical (cuidado con esto, ya que algunos escáneres se anuncian indicando sólo el mayor de los dos valores para parecer de más resolución).
  • Profundidad de color: salvo escáneres de tipo documental que sólo admitan blanco y negro (o mejor dicho, escala de grises), lo normal es que cualquier escáner digitalice a color con 24 bits (8 bits por cada color básico de la luz: rojo, verde y azul). Esto nos proporciona una gama de colores de 16,7 millones, suficiente para representar las imágenes de manera realista (por eso se le llama color verdadero).
    No obstante, veremos que hay escáneres que permiten una mayor profundidad (por ejemplo 36 bits), pero a no ser que vayamos a trabajar con imágenes a un nivel profesional no será imprescindible (a mayor número de bits, mayor peso de la imagen).
  • Rango dinámico: es la capacidad del escáner de captar con detalle las zonas más oscuras o densas de la imagen. En esta página podéis ver una explicación sencilla sobre el rango dinámico. El rango dinámico necesario dependerá mucho del tipo de materiales de nuestra biblioteca.
  • Conexión: el tipo de conexión de los escáneres actuales suele ser USB o FireWire. Dentro de éste habrá que tener en cuenta la versión (USB 3.0 será más rápido que las anteriores) y que nuestro equipo tenga conexiones con controladores para ésta.
    Cuidado si queremos aprovechar un escáner antiguo o de segunda mano que hayan donado a la biblioteca: éstos solían tener conexión por puerto paralelo (bastante lenta) o SCSI (más rápida, pero con la necesidad de tener una tarjeta SCSI instalada en el ordenador).
  • Velocidad: importante, sobre todo si pensamos usarlo para grandes volúmenes de documentos. Normalmente nos darán información sobre ésta, indicando el tiempo aproximado que tardan para una hoja A-4 (por ejemplo) a una resolución y modo de color concretos, pero si nuestras necesidades van a ser diferentes habrá que tener en cuenta que la velocidad no será la misma.
En una próxima entrega hablaremos de las funcionalidades añadidas que pueden tener los escáneres, con lo cual daremos por finalizado este tema.

viernes, 4 de febrero de 2011

Cómo elegir un escáner (I): tipos de escáner y usos

A la hora de adquirir un escáner para nuestra biblioteca habrá que tener en cuenta una serie de aspectos que, aunque simples, a veces ignoramos por desconocimiento o falta de reflexión. En esta primera entrega abordaremos uno de los principales puntos; los tipos de escáner más usuales y su elección en función del uso que pensemos darle.
  • Escáner de mano y escáner de tambor: ambos tipos son poco apropiados para una biblioteca, por lo que (por regla general) quedan descartados. El primero ofrece una calidad demasiado baja e irregular, mientras que el segundo, por el contrario, es demasiado caro y profesional para nuestros fines, siendo utilizado normalmente en empresas de artes gráficas.
  • Escáner de códigos de barras: Ampliamente usados en los mostradores de préstamo o a la hora de hacer inventario. No obstante, al tratarse de un tipo de escáner muy específico, que no sirve para digitalizar documentos ni imágenes, simplemente lo mencionaremos.
  • Escáner cenital o aéreo: apropiado para digitalizar fondo histórico o libros valiosos que tenga nuestra biblioteca, ya que nos permitirá llevar a cabo la digitalización con el mínimo contacto posible con la obra (se escanea a distancia, sin apoyarla en un cristal), sin tener que abrirla excesivamente y con una luz "fría", evitando así posibles daños. No obstante, su elevado precio hace que para pequeñas bibliotecas sea preferible externalizar el servicio antes que adquirir un escáner de este tipo.
  • Escáner plano de sobremesa: es el escáner que la mayoría conocemos. Dependiendo del tipo de material a escanear (documentos de varias páginas por ejemplo) puede ser conveniente buscar un modelo que disponga de bandeja de alimentación de originales, bien sea integrada o que se pueda comprar como accesorio.
  • Escáner multifunción: se trata de un escáner de sobremesa que es al mismo tiempo impresora y en ocasiones fax. Pese a que pueda parecer la mejor opción, dado que disponemos de dos o más periféricos en uno, hay que tener en cuenta que no todo serán ventajas: su tamaño será mayor, su coste más elevado (y su calidad menor que la de un escáner del mismo precio) y si se estropea alguna de sus funciones y hay que llevarlo a reparar nos quedaremos también sin el resto, cosa que no sucederá si disponemos de escáner e impresora por separado.
  • Escáner de película: Si en lugar de materiales opacos como fotografías, libros o documentos impresos lo que necesitamos es digitalizar película (tanto negativos fotográficos como diapositivas o microfilms) habrá que adquirir un escáner de este tipo. Si este uso va a ser esporádico tal vez sea suficiente con un escáner plano, ya que varios modelos permiten también esta función mediante un adaptador o una tapa dotada de iluminación. No obstante, si optáis por esta última solución, una advertencia: los modelos planos que he podido probar (de Epson y HP) aunque muy buenos suelen ser bastante lentos, lo que unido a la baja cantidad de negativos o diapositivas que permiten en cada tanda y al hecho de que el pequeño tamaño de los originales hace necesaria una mayor resolución convierte la digitalización en un proceso largo y tedioso.
  • Escáner documental: si el uso que vamos a dar a nuestro escáner es exclusivamente el digitalizar documentos administrativos como facturas, informes, etc. con un gran número de hojas y sin encuadernar, nos convendrá adquirir un escáner de este tipo.
    Las ventajas que suelen tener respecto a un escáner plano con bandeja alimentadora son una mayor velocidad de escaneado (con una resolución más baja, pero suficiente para un documento textual), la capacidad de digitalizar una hoja por ambas caras en una misma pasada o la aplicación automática de un OCR integrado.
    De este tipo puedo recomendar los de la marca Fujitsu, lo cual no quiere decir que no existan otras marcas igual o incluso mejores; simplemente éstos los he usado y me gustaron.

En una próxima entrada seguiremos viendo otros aspectos a tener en cuenta en la adquisición de un escáner. Y recordad que existe una entrada anterior sobre tutoriales de digitalización, la consulta de los cuales puede sernos útil para aclarar conceptos antes de la compra.