En cualquier caso, tras hacer una visita a su sitio web, me ha gustado bastante lo que he visto.
Como aspectos a favor incluiría la traducción de los contenidos a siete de las lenguas más habladas (traducción al menos de los metadatos sobre la obra, ya que ésta propiamente dicha se presenta en formato imagen), la posibilidad de ampliar la imagen con un grado de detalle realmente bueno, la descarga de éstas en formato tif de buena resolución o el acceso "final" a la obra dentro del mismo sitio (a diferencia de Europeana, por ejemplo).
La parte mala es la ausencia de grandes obras "emblemáticas" que sirvan de reclamo a nivel popular, o el reducido número, al menos de momento, de piezas incluidas.
Pantalla de bienvenida de la Biblioteca Digital Mundial |
No obstante, la sensación general en cuanto a la usabilidad y los contenidos es bastante más agradable que la que tengo cuando entro en Europeana. La biblioteca digital europea, pese a ser un pozo sin fondo de gastos y recursos (al menos para lo que estamos acostumbrados en las bibliotecas), no consigue ofrecerme una experiencia de navegación satisfactoria. El "salto" al sitio web propietario para ver las obras a un tamaño aceptable (que muchas veces no lo es tanto) o el batiburrillo de idiomas en que vienen los metadatos (no hay traducción desde el idioma original) hace que lo que podría ser una experiencia agradable, incluso si sólo se trata de hojear cosas al azar, se convierta en un latazo considerable.
Por otra parte tenemos también el problema de la implantación de la búsqueda semántica, un problema que ya comentaban Abadal y Codina en un artículo del Anuario ThinkEPI 2009. Lejos de resolverse, continúa siendo uno de los principales retos de Europeana.
Como ejemplo, al intentar buscar documentos relacionados con el polar (novela negra y de misterio francesa) tienes que revisar uno a uno decenas de resultados de otras acepciones (adjetivo relativo a los polos geográficos, polaridad magnética...) hasta poder encontrar un interesante debate televisivo con varios autores del género.
El otro gran problema de Europeana y del resto de grandes bibliotecas digitales serían los tan manidos derechos de autor y de explotación que protegen las obras. Ya he comentado las grandes "ausencias" de obras emblemáticas que suelen tener estos proyectos, y es un aspecto que se explica perfectamente dados los problemas a la hora de conseguir acuerdos de reproducción, tratar con diferentes legislaciones de propiedad intelectual o identificar a los titulares de derechos de obras "huérfanas" (un aspecto en el que Europeana está trabajando activamente mediante su proyecto ARROW).
Por último, y para finalizar esta reflexión, no hay que olvidar otros proyectos como el de Google Books, proveniente del ámbito privado, y también con problemas derivados de la propiedad intelectual, o el ya clásico American Memory de la Library of Congress, con unos contenidos que, personalmente, encuentro bastante más atractivos que los de Europeana. Es lo que tiene la colonización cultural.
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